De pequeña vi un ángel. Experiencia en Italia
|En unos de los viajes por Italia, nos hospedamos en una casa de pueblo reconvertida en hotel.
Su dueña era una señora anciana muy fuerte, que nos atendió personalmente.
De forma muy discreta preguntó porqué estábamos en el pueblo. Le conté que estaba haciendo un trabajo de investigación sobre la mística.
Inmediatamente acomodó su brazo sobre el mostrador, llena de curiosidad, y en una mezcla de dialecto e italiano, comenzó a hacer preguntas.
Imagínate una puerta que se abre, y que entras en un espacio sin tiempo. Esa fue la sensación que tuve.
Comenzamos a charlar en un auténtico diálogo de espíritus.
Cuando le pregunté: ― ¿Por qué no dejas ir a tu esposo, por qué lloras si él está bien donde está?
Abrió sus ojos y enfrentó mi mirada, ― ¿Cómo sabes que estoy llorando a mi esposo?
― Tu alma lo dice, tu cuerpo, tus ojos.
Así continuó el diálogo de experiencias místicas, desde el espíritu. Su corazón no hablaba de oídas, no utilizó palabras ilustradas, fueron palabras del corazón, de lo vivido.
Fuimos dos hermanas tomando café y recordando que no existían fronteras de idioma, país, religión, porque nos unía un afecto nuevo, tierno.
Sus manos gruesas, fuertes apretaron las mías, y me dijo con voz suave: ― Cuando era niña vi un ángel. Estaba juntando uvas. Sentí un viento pero el viento no movía las hojas de la parra. Busqué de donde venía el aire. De pronto a mi costado se apareció una figura transparente, alta, no le veía la cara, porque brillaba. No oía su voz, ni escuchaba con los oídos lo que decía, pero sí escuché y entendí lo que me dijo dentro de mi cabeza. Me pedía que toda mi familia se fuera del pueblo, porque venían los soldados, y que, cuando pasara un tiempo, podríamos regresar.
A la vez que sentía la voz dentro de mi cabeza veía la cara de mi tío, el hermano menor de mi madre.
No temí nada, solo tenía alegría.
Salí corriendo a contarle a mi madre que no me creyó, me dijo que había estado con el diablo.
Por la tarde me llevó a hablar con el cura. Me emburré y no le conté nada.
La única que entendió lo que vi fue mi abuela, me dijo: ―Debe ser tu ángel que nos está advirtiendo de algo.
Le pregunté: ―¿Por qué mi madre no me cree?, ¿por qué su ángel no le haba a ella?
La abuela me respondió: ―Porque ella está muy ocupada en cosas de la tierra y no mira el cielo. Sabes, como la que mandaba era la abuela, nos fuimos del pueblo a la casa de su hermano, que vivía en Corippo, Suiza. A los pocos días pasaron los soldados por nuestra casa de Italia, llevándose a los jóvenes del pueblo.
Hasta aquí el resumen del diálogo con mi amiga italiana.
Te preguntarás: ¿Existe un diálogo entre los ángeles y los hombres?, ―Pues claro que existe, como existe el diálogo de alma a alma.
En estos recorridos por el planeta, para relacionarme, utilizo la lengua universal, la que se expresa el alma, el espíritu.
Lo que siento en mi corazón lo dejo salir y este se conecta de forma increíble con las personas, con sus almas, aunque hablen otro idioma distinto aquí en la tierra.
Esta experiencia de ver un ángel, la de conectarnos entre las personas desde lo más profundo, desde el alma, no es un don especial, es lo más normal.
Lo que tienes que cuidar es no entretenerte demasiado en las cosas de la tierra, y dejar tiempo para el diálogo con los ángeles, con otras almas.
Como decía la abuela de mi amiga Italiana: “No olvidarnos de mirar el cielo”
También lo puedes leer en el libro de la autora, junto a otras experiencias y prácticas, titulado Ejercicios para el Alma, de la editorial De Oriente a Occidente.
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Me encantó la historia!!!!!
Gracias Maria!!!!
Gracias por compartir esa experiencia enriquecedora como siempre Gracias
Muy dulce y tierna tu historia MARIA
Llena de realidad y de verdades desde la parte de la des conexión del hombre con la aparición de los ángeles.
Y como siempre nuestras abuelas atrás de toda gran historia.
Saludos
ALFONSO
GRACIAS María!!! Muy bella historia verídica con el Ángel BELLOS seres de LUZ,QUÉ NOS ASISTEN Y NOS HACEN COMPAÑÍA Y NOS DAN SU PROTECCIÓN, ESE AMIGO INVISIBLE, ESE AMIGO DEL ALMA CON EL QUE NOS SENTIMOS ORGULLOSOS, COMODOS Y SEGURO,CON ALEGRÍAS QUE NOS INUNDA EL ALMA «!!!
Me encanto tu historia de los Angeles Maria !!!
Siempre tan dulce tan especial en cada detalle!!!!!
Gracias.