Inmaculada Concepción. 8 de Diciembre

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Inmaculada (detalle) de J. Ribera

Inmaculada Concepción, o Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia católica  que dice que la Virgen María fue concebida sin pecado original desde el primer momento.

María por ser madre de Jesús, fue preservada desde el momento de su concepción de toda mancha o efecto del pecado original, que todo genero humano adquirió por ser hijos de Adán y Eva.
Por este motivo el arcángel Gabriel (Lc. 1,28), cuando le anuncia que va ser la madre de Jesús, le llama, «llena de gracia» (Gratia Plena) contenida en el saludo del  y recogida en la oración del Ave María, este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.

Su imagen ha sido pintada por muchos pintores famosos: Murillo, Velázquez, Bartolomé, Rubens, Tiepolo,  Juan de Roelas, El Greco, José de Ribera, Zurbarán, Juan de Valdés Leal….

Su devoción se ha extendido por todo el mundo, done el día de su fiesta el ocho de diciembre, es día de fiesta nacional: En España, en Argentina, en Portugal (Portugal. Nossa Senhora da Conceição es patrona de Portugal, día festivo) (Es venerada bajo la advocación de «Virgen de Caacupé«, fiesta nacional.) México. (La Catedral metropolitana de la ciudad de México está consagrada a la Inmaculada Concepción de María). Chile. El 8 de diciembre es feriado nacional, y miles de peregrinos acuden a pie o en bicicleta al Santuario de Lo Vásquez,.., y así en otros muchos países.

Puedes leer este artículo sobre la Presencia de la Inmaculada haciendo clic aquí.

Puedes hacer esta breve oración o seguirla por vídeo:

Oh María, Imaculada Concepción, madre de Jesús, te admiramos pura, limpia y transparente, agradecemos tu presencia en nuestras vidas. Con ella recuerdas que hemos venido al planeta tierra a “dar a luz”, -como hiciste tú- obras limpias, puras, llenas de amor que construyan un mundo de paz, alegría y esperanza.
Gracias María, de corazón Inmaculado, porque eres el espejo -que al reflejar nuestra existencia-, nos alientas a seguir trabajando en el respeto al otro, a la naturaleza, a nosotros mismos y a purificar lo que manchamos con nuestros errores y confusiones.
Gracias, María Inmaculada. Amén.

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