El miedo de los hombres de religión

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Foto Esteban Verellén
Foto Esteban Verellén

Es ley infalible. Nada temen tanto los hombres de religión como a un creyente libre, educado por el Espíritu; pues no sólo se les escapa de sus dictámenes, leyes y normas, y del control que ello les permite, sino que puede «pervertir» a los demás contagiándoles el gusto por el pensamiento libre, la manía de los ojos abiertos, la ilusión por la vida auténtica. Los jefes religiosos se creen con la exclusiva de Dios, ostentando un poder de reducción sobre las mentes y las conductas completamente antitético al Sumo Autor de la Libertad. Y ante un «disidente», se monta el tribunal del sanedrín.  …

La “prudencia humana”

Claro que esa prudencia humana es posible cuando se trata de ideas, aunque sean religiosas; pero no cuando el ser humano está transformado en Dios.

Aquí no hay palabras sino vida. Las palabras que se dicen son gritos fuera de toda lógica gramatical. Es un diálogo más allá de las palabras. Es el ser entero en total bancarrota. Y, en consecuencia, por encima de las prudencias tan humanas de nuestros diálogos.

Hablar de Dios, algo necesario

Llegado a ese punto, hablar de Dios es algo necesario: Es un diálogo de Vida que nadie puede contener.

Sólo de ahí nace la actitud nueva para relacionarse con los demás, y esa infinita comprensión y solidaridad con todos los seres humanos, incluso más allá de las propias fuerzas.

Emilio Galindo Aguilar

Padre Blanco

Profeta del diálogo islamo-cristiano

Bibliografía: GALINDO AGUILAR, E. (Dir.), Los miedos al diálogo islamo-cristiano, Darek-Nyumba, Madrid, 2002, ISBN: 978-8488059185, p. 96.

Cf. También GALINDO AGUILAR, E. Solo a ti voy buscándote, De Oriente a Occidente, 2008, ISBN 978-987-23370-2-5, pp. 39-41.

Testimonio sobre el P. Emilio Galindo Aguilar de María Victoria Gómez Morales:

 

 

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